13 de abril de 2011

La extraña lista

Pensaba yo pergeñar un sesudo artículo sobre la despedida de Zapatero, disertando acerca del poder y sus vanidades. O abordar con mi certera pluma esa salvaje obsesión de pedir elecciones anticipadas que se apoderó del Partido Popular ya en los lejanos tiempos de Aznar y su famoso ‘váyase Señor González’. Pero la composición de la lista con la que el candidato Gutiérrez pretende alcanzar la Alcaldía de la capital me ha dejado tan noqueado y sorprendido que no me queda otra alternativa que referirme a ella.
La lista, así a primera vista, resulta un tanto extraña. Lo primero que llama la atención es que la mayoría de los candidatos no tienen experiencia política, si exceptuamos a dos o tres que quizás tienen demasiada. Ya se sabe que en León, como huimos de las medianías, o no llegamos o nos pasamos. Supongo que Emilio Gutiérrez ha querido dar un aire profesional y técnico a su candidatura, pero elegir ese camino quizá sea problemático. Es cierto que, a la hora de gestionar la cosa municipal, es oportuno tener algún conocimiento de la materia. Pero no lo es menos que, entre los casi dos mil trabajadores del Ayuntamiento, existirán técnicos altamente cualificados, y no parece muy sensato que aterrice el Concejal de turno dando su lección magistral. Y el recurso a la tecnocracia puede ser un burdo pretexto para ocultar la falta de proyecto político, de mensaje a la ciudadanía.
Hablando de proyecto, éste es el talón de Aquiles del candidato. Yo sólo le he escuchado que la ciudad está sucia y abandonada y obviedades semejantes. Pero ser Alcalde implica algo más, tener una idea, un concepto de lo que debe ser tu ciudad. Lo tenía Mario Amilivia, que erraba a la hora de gestionar, y lo encontramos en el Faraón Fernández, con su tranvía, sus rotondas y el dinosaurio ése de la Azucarera. Podrá parecer un proyecto ilusionante o descerebrado, pero no deja de ser una idea de lo que quiere que sea la ciudad.
Por último, percibo una cierta tristeza en la candidatura, o así parece desprenderse de las imágenes. No se sabía si estaban en una presentación electoral, en unos ejercicios espirituales o en un velatorio. Y no sé por qué. Pensándolo bien, a lo que más se parece la lista de Gutiérrez-Carrasco es al camarote de los Hermanos Marx.

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