14 de febrero de 2011

Los malos humos

Ecologistas en Acción ha denunciado que la calidad del aire de Madrid no cumple la legislación europea y que este hecho tiene graves consecuencias para la salud de los ciudadanos. Se refieren también a que un estudio, desarrollado en 26 ciudades europeas, advierte que en la capital se podrían evitar unas 1.699 muertes prematuras al año si se redujeran los niveles de algunas partículas que viajan por el aire. Pero, según la Concejala de Medio Ambiente, Ana Botella, estamos lejísimos de una alerta, que nunca se va a producir. La inefable Botella une a su habilidad dialéctica unas indudables dotes de pitonisa, ya que puede predecir el futuro. Lo que no me explico es como no advirtió a su marido que con Rajoy iban a perder dos elecciones seguidas, pero adivino que existe alguna razón secreta. Y añade la Concejala, con un punto de ironía, que la gente está deprimida por el paro, y eso asfixia más.

Más allá de escaramuzas verbales, la contaminación, como la tontería, es un hecho que se demuestra por sí mismo. Imagino que el Ayuntamiento de Madrid tomará medidas y trasladará los medidores de la M-30 al Retiro, donde el aire es más puro y resultarán más decorativos. En España hemos descubierto que, ante la incapacidad para resolver los problemas, hay que cambiar la forma de medirlos. Es lo que se hace con los parados: se les pone a recibir un curso y así son expulsados de las listas del INEM. La estadística es un arma poderosa.

Cuando era más joven –las columnas me están volviendo como el abuelo Cebolleta- la contaminación era un tema recurrente, un problema que estaba en el debate público. Quizás era porque entonces teníamos industria, una extraña actividad económica que tiene la singular virtud de generar humos, además de empleo. En los últimos tiempos, como nos hemos dedicado al ladrillo, al turismo y a la consultoría, el asunto desapareció de las primeras páginas, aunque paralelamente surgen otros conceptos, como el de contaminación acústica, fenómeno que antes era conocido simplemente como ruido o alboroto. Pero la calidad del aire es una cuestión de vital importancia para la salud de los españoles. Aunque siempre será más fácil echar la culpa de la polución a Felipe González por aquellos Cohibas que se fumaba en el Congreso.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta mucho tu estilo y la gran variedad de temas que tratas. Sigue así.

Anónimo dijo...

Creo que tienes toda la razón y que
los malos humos únicamente se irán cuando llueva y al día siguiente ya estará todo otra vez contaminado.

Anónimo dijo...

Querido bloguero, tratas muchos temas pero en ninguno te mojas.
Hay que tratar temas de mayor calado social, y con más énfasis.
Tu ironía es fina, tu fluidez en el área lingüística es buena pero, te falta el área creativa ( tocar problemas importantes desde otros puntos de vista más críticos ), así, tus lectores tendrán motivos para responder.
Hay que ser un poco desalmado para no ser aburrido.
Es una crítica con buena intención. Saludos.