16 de junio de 2008

Esperando al Dr. House

En las últimas semanas estamos asistiendo a un movimiento ciudadadano que se ha puesto en marcha para reivindicar la implantación de la Facultad de Medicina en la provincia de León. Así el Pleno de la Diputación aprobaba una moción en este sentido y el Ayuntamiento de la capital se ha ofrecido, generoso él, para abanderar la propuesta. Yo creo –soy muy malicioso, confieso- que se trata de una maniobra de distracción para que nos olvidemos del IBI, es decir, lo que el maestro Hitchcock llamaba un MacGuffin.

A primera vista parece una reivindicación justa y lógica, si tenemos en cuenta la existencia de una Universidad ya consolidada, el peso que debe tener León en el seno de la Comunidad, la necesidad de profesionales en el sector, las inversiones realizadas en el Hospital de León, etc. No obstante, es menester aplicar el bisturí y examinar algunas cuestiones. Pienso que el primer paso que se debe dar (que imagino que puede ser previo a la implantación de la titulación) es que el Hospital de León puede ser un Hospital Universitario, que permita formar profesionales adecuados y competentes y prestar un buen servicio a los ciudadanos. Esta decisión, además, debería enmarcarse en una apuesta decidida de la Administración Regional por una sanidad pública con un alto nivel de calidad. Acepto la existencia de la sanidad privada, como una actividad económica más, pero no acabo de entender como después de las inversiones que se han realizado en el Complejo Hospitalario (perdí la cuenta cuando se rebasaron los 200 millones de euros) se siguen derivando pacientes hacia la sanidad privada a través del concierto. Tampoco comprendo porque no se aplica a los médicos un régimen de incompatibilidades relativamente coherente ni, en general, porque la Sanidad nunca está en el centro del debate político.

No obstante tengo algunas dudas sobre una Universidad sobrecargada de titulaciones pero con probemas para captar alumnos. Sería muy lindo que todos tuviéramos todas las Facultades a la vuelta de la esquina, pero también hay que administrar con eficiencia los recursos.Hay que apostar por una Universidad de calidad, y éste es el reto que asume el nuevo Rector y su equipo, pero la solución no es una inflación de títulos.

Lo que no veo que sea ninguna tragedia es que los jóvenes de León tengan que ir a estudiar fuera. Lo triste es que sólo puedan regresar en Navidades –como el Almendro- porque no hay trabajo. Personalmente me parece bien que se implante Medicina en León, pero creo que quien tiene la palabra es la propia Universidad. En fin, ya que la Alta Velocidad no llegará, por lo menos, hasta 2011, esperamos que antes nos pueda visitar el Dr. House.

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