16 de junio de 2008

Todo el Poder para el Jefe

Todo el Poder para el Jefe era el eslogan que la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) utilizó en las elecciones de febrero de 1936, en las que finalmente el Frente Popular alcanzaría la victoria. La CEDA era una alianza de partidos de corte “ligeramente conservador” y entendía que la República tenía un cierto problema de autoridad y era necesario concentrar todo el poder en su Jefe, que a la sazón era José Mª Gil-Robles. En mi opinión el mayor problema de la República éramos los españoles, pero eso es otra historia y otra columna.

Aunque podría suponerse hoy no hablaremos de Rajoy, que no sé si será Jefe por mucho tiempo pero que indudablemente no tiene todo el poder en el “gallinero popular” sino del Alcalde de León, Francisco Fernández, que se postula, al parecer, como el próximo Secretario Provincial del Partido Socialista y ha recibido ya, aseguran, el visto bueno del Gran Jefe Zapatero tras su “peregrinación” a La Moncloa.

Tradicionalmente la carrera política se entendía como una especie de promoción, en la que el sujeto (o sujeta) comenzaba en los escalones más bajos de la pirámide (así, machaca del partido o concejal de pueblo) e iba subiendo (trepando, según los maliciosos) hasta las altas esferas de la Administración. Lógicamente pocos llegaban a la cima, algunos montaban su campamento en alguna cómoda y soleada ladera y otros directamente se despeñaban (o los precipitaban al vacío). Sin embargo en los últimos tiempos asistimos –en todos los partidos que ocupan o arañan parcelas de poder- a un incesante proceso de acumulación. Es decir, no se escala sino que se tiende a concentrar puestos y más puestos en una sola persona. Cargos que no dejan de ser estratégicos “resortes de poder” e incluso retribuciones económicas dirigidas a compensar, en lo posible, las incomodidades y desvelos que padecen por su labor en pro del bienestar de los ciudadanos (que no lo perciben porque somos unos desagradecidos).

Lo que me resulta difícil es como una persona, por mucha capacidad que tenga (al político se le presume la capacidad, como al soldado el valor) puede ocupar tantos puestos sin inmutarse y sin darle importancia. Volviendo a Pacofer, que ya es Alcalde de León y Vicepresidente de la Caja y puede ser el próximo Secretario Provincial del PSOE. Imaginemos que, tal día como hoy, tiene que pavimentar una calle, inaugurar una oficina bancaria y expedientar a un afiliado. Pues yo (que soy como John Wayne y me resulta difícil caminar y mascar chicle a la vez) seguro que lo que haría sería pavimentar una oficina bancaria, expedientar a una calle e inaugurar a un afiliado. Me pregunto si son políticos o superhéroes.

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