3 de marzo de 2010

El Sur también existe

Tal día como hoy me encuentro de vacaciones en Conil de la Frontera, provincia de Cádiz, descubriendo, como en el hermoso verso de Benedetti, que el Sur también existe. Cuando uno viaja se percata de la poca trascendencia de las guerras intestinas (o intestinales) en las que consumimos el tiempo y las energías los leoneses, sea sobre la privatización del agua, la promoción turística o la ubicación del Rastro.

Cádiz es la provincia con la tasa de desempleo más alta de España pero aquí se toman las cosas de otra forma. Será el carácter, el calor o el levante, pero todo transcurre con menos bulla (que en gaditano quiere decir prisa) y mejor rollo que en tierras leonesas. Y, con razón o sin ella, no echan la culpa de la situación a nadie, mientras que en León, alimentados por un victimismo provinciano, siempre tenemos un responsable, que es Valladolid. Somos el eterno cabreado, dominados por el síndrome del enanito gruñón.

La realidad me persigue y leo en Internet unas fabulosas declaraciones de Abel Pardo, concejal de la UPL y vicepresidente del Consorcio del Aeropuerto. El leonesista afirma que León tendrá vuelos internacionales si la Junta no dinamita el proyecto. El tipo debe pensar que, cada vez que se reúne el Consejo de Gobierno de la Junta, Juan Vicente va preguntando uno a uno qué han pensado esa semana para fastidiar a los de León. Y cuando llega a Silván el Consejero sonríe y responde que va a quitarle los vuelos que Pardo negocia al más alto nivel. Seamos serios, las compañías aéreas no son las ratas de Hamelin, son empresas privadas, y como tales van donde tienen una buena oportunidad de negocio. Y lo importante serán los vuelos, no quien los traiga.

Pardo debería preocuparse, creo, de pagar a la concesionaria que recoge las basuras del Polígono de Onzonilla, ya que también preside el Consorcio que lo gestiona (en León das una patada y te sale un Consorcio). Se dice que los de Pucela nos quieren quitar las empresas, pero a mí me parece un milagro que alguna permanezca en León, exprimidas a tributos mientras que no les recogen la basura. Debemos ponernos las pilas, y nuestros políticos los primeros. En otro caso, y como dice mi hijo Andrés, que aprende gaditano a marchas forzadas, “quillo, vamos pa’ bajo”.

5 de septiembre de 2009

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