28 de noviembre de 2008

La Caja Grande

Hoy tocaría hablar de Barack Obama, que el próximo martes 4 de noviembre y si se cumplen los pronósticos, puede convertirse en el primer presidente afroamericano en la historia de los Estados Unidos. No es el dato que me interesa destacar, sino la ilusión y la esperanza que el candidato demócrata ha sabido transmitir. El “sí podemos” de Obama nos permite presagiar que llegan vientos de cambio, para Estados Unidos y para el mundo entero. En su último mensaje a los americanos, en los que aseguraba que escucharía a los ciudadanos y abriría las puertas del Gobierno, quiero ver no sólo una declaración de intenciones, sino una nueva forma de entender la política. Y la mejor noticia es que Bush volverá a Tejas, de donde nunca debería haber salido.

La semana ha sido pródiga en acontecimientos por estos lares. El Congreso regional del PP se cerraba con una lectura clara: Herrera crea su equipo, coloca a su gente en los puestos clave del partido e incluso me aventuro a decir que prepara su sucesión. Y en las provincias ya veremos, pero ya no me espero grandes cambios. En León la incógnita es si, con los actuales dirigentes, el PP será capaz de mantener la Diputación o de reconquistar la Alcaldía de la capital. Pero nadie quiere responder a esa pregunta. Es lo que los americanos, volviendo a ellos, llaman tener un elefante en la habitación. Un problema demasiado evidente para ignorarlo pero a la vez demasiado incómodo para hablar de él, e intentar resolverlo.

Pero la noticia-bomba de la semana es la creación de la Super-Caja Castilla y León, ese acuerdo histórico para integrar las Cajas en un mando único. La cuestión me suscita varios comentarios. El primero, que me parece estupendo –pero sorprendente- que PP y PSOE se hayan puesto de acuerdo en algo. El segundo es que a mí, cuando una cosa es tan pionera, me mosquea. Esta iniciativa no se le había ocurrido a nadie, y en el mundo de las finanzas está todo inventado desde hace tiempo. Debemos ser muy listos. La integración -que no fusión- es, desde mi punto de vista, lo más parecido a la cuadratura del círculo que he visto. Según este acuerdo, por ejemplo, se unirán las carteras industriales, se integrarán los sistemas informáticos y se gestionará conjuntamente la captación de capitales o la política de riesgos. Pero permanecerán todas las Cajas, con su red de sucursales, sus empleados (y Consejos, claro), su Obra Social, etc.

No tengo muy claro si la fusión o integración es necesaria, conveniente, adecuada o imprescindible. Quizás habría que preguntárselo a los impositores, que no dejan de ser, en definitiva, los propietarios de las Cajas. Tenemos otro elefante, y algo tendremos que hacer con él.


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