28 de noviembre de 2008

La vueelta al cole

Llega septiembre y, como todos los años, empieza el Curso, tanto el escolar como el político. Atrás quedan –lejanos ya como si nunca hubieran existido- los felices días del verano y todos, niños y políticos, se preparan para afrontar los nuevos retos. Los niños están bastante mentalizados y me gustaría decir lo mismo de nuestros representantes, pero me alejaría ligeramente de la verdad.

Ya el otro día, en el Parlamento, asistimos al primer episodio de esta nueva etapa. Rajoy estuvo un poco en plan repelente niño Vicente, echando en cara al Presidente que no tenía hechos los deberes y riñéndole porque no había aprovechado el verano para estudiar. Y contemplando a ZP llegué a la conclusión de que le aburren soberanamente las Matemáticas, es decir, la economía, y ni siquiera se esfuerza en disimularlo. A Zapatero realmente lo que le gusta son las extraescolares: hacer un Ministerio de Igualdad, discurrir en torno a la Alianza de Civilizaciones y todas esas ocurrencias a las que nos tiene acostumbrados. Es hábil, ciertamente, y como te despistes te llega a convencer de que cualquier chorrada tiene una trascendencia cósmica. Me atrevo a decir que estamos todavía en clase de Lengua, discutiendo si estamos ante una crisis, una recesión o un momento bajo del ciclo. Lo que necesitan, me temo, es Conocimiento del Medio. Pero intensivo.

Dicen -sobre todo lo dicen los del PP, claro- que el debate económico del pasado miércoles lo ganó Rajoy, aunque yo tampoco vi que aportara muchas soluciones. Parece que Gobierno y Oposición, por una vez y sin que sirva de precedente, coinciden en una cosa: el remedio contra la crisis es esperar a que pase. Como decía el castizo, ya escampará.

En cuanto el Curso Escolar leía yo que en León aumentaban los alumnos en Infantil y en Primaria. Aunque, fijándose un poco, el dato es que en Educación Infantil hay 119 escolares más y Primaria crece la increíble cifra de 92 alumnos. Estamos que nos salimos. Ciertamente con lo difícil que se pone la vida y los generosos incentivos que las Administraciones dan a la familia (esto es una ironía) tener hijos más que una proeza es un milagro. Menos mal que los niños nos dan más alegrías que nuestros mandatarios.

Deseamos todos que tanto Zapatero como Rajoy hinquen los codos y miren la forma de superar esta difícil etapa. Incluso que estudien juntos, que escuchen todas las opiniones, porque lo que se trata es de buscar la salida y no de hacerse el listillo en el Parlamento. Decía Russel Crowe, en la hermosa película ambientada en la época de la Gran Depresión que es Cinderella Man, “Roosvelt nos sacará de ésta”. Pero no veo a Roosvelt por ningún sitio. Debe estar en Primaria.


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