28 de noviembre de 2008

Somos los mejores

Esta semana se ha celebrado en León, por si ustedes no se habían enterado lo comento, el II Encuentro Nacional de la Industria de Seguridad en España (ENISE) organizado por el INTECO. Por cierto, algún día habrá que hablar de los problemas de visibilidad del INTECO, que es como la Santa Compaña de la mitología gallega: todo el mundo percibe que existe pero nadie lo ha visto. Pero a lo que vamos. En ese foro, y ante 425 delegados de empresas de seguridad informática, el Secretario de Estado de Telecomunicaciones, que atiende por el nombre de Francisco Ros, arengaba a la tropa con estas palabras: “No hay ningún país que esté haciendo mejor las cosas que como las estamos haciendo nosotros”. Hablaba, por ejemplo, de que España tiene más de 24 millones de internautas o que el 98 por ciento de la población tiene acceso a la banda ancha. Yo debo tener mala suerte, porque cuando en el verano arribo a hermosa localidad Valdoré, en la ribera del Esla, e intento conectarme la respuesta es que la ADSL ni está ni se la espera.

Lo que me intriga del alegato de Ros es si él, realmente, se lo cree o lo dice porque forma parte de su trabajo, de la misma manera que los abogados llevamos toga. Es la misma estrategia que ha utilizado ZP, negando la crisis hasta que la cola del paro ha llegado a La Moncloa. En los años 80 los socialistas querían transformar la realidad, con todo aquello que decía Felipe González de “queremos que España funcione” y esas cosas. Ahora han optado directamente por contar la realidad a su manera. El problema es que cualquier parecido entre la realidad que cuentan y la realidad real es pura coincidencia.

Para el Ayuntamiento de León tampoco existe la crisis, y nos vamos a gastar 70 millones de euros, como mínimo, en el Palacio de Congresos. El proyecto es muy bonito y muy cosmopolita, pero –seamos serios- no nos podemos permitir ese “edificio bioclimático”, como lo llama Perrault (el arquitecto, no el de los cuentos). Mientras, la ciudad está abandonada y maltrecha y los proveedores han abandonado toda esperanza de que el Ayuntamiento les pague. También vamos a hacer un tranvía, que costará otros 70 millones de euros, pero los va a pagar la adjudicataria. Esto no me lo creo, pero es que el otoño me vuelve escéptico. En lo que sí coincido con el Concejal de Urbanismo, ese sublime diseñador de la urbe del futuro, es que el tranvía marcará un antes y un después en León. Antes había una ciudad –o algo que se le parecía- y luego sólo quedarán deudas.
Lo que no acierto a comprender es porque no se deciden a hacer el Bernesga navegable, reivindicación secular de los leoneses. La verdad es que somos los mejores. Y más chulos que nadie.

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