28 de noviembre de 2008

El Mago

Zapatero es un Mago. Era una posibilidad que ya barruntaba yo desde hace tiempo pero los últimos acontecimientos me lo han confirmado plenamente. Cuando mi hermano Freddie y yo éramos pequeños nos imaginábamos lo genial que sería poder sacar de un bolsillo mágico, siempre que hiciera falta, billetes de 500 pesetas, aquellos azules de Zuloaga tan bonitos. Sabíamos que era imposible, pero la capacidad de Zapatero para sacar miles de millones de euros de no sé donde me ha convencido de nuestro error. Lo que hacía falta era tener superpoderes, de los que carecíamos. Por eso mi hermano acabó de maestro y yo de abogado, y Zapatero está viviendo en La Moncloa.

Digo esto porque la noticia del día (dejando aparte las aventuras de Aguirre Indiana Jones) es el quinto Plan de Zapatero de reactivación económica. Los planes de Zapatero son básicamente los mismos: saca dinero gracias a sus poderes y se lo da a quienes mejor han demostrado que no saben utilizarlo. Primero a los Bancos y ahora a los Ayuntamientos. Es un misterio de dónde obtiene los fondos pero mayor enigma quién le aconseja el destino final de toda esa pasta. Será el lado oscuro de la fuerza. Son los inconvenientes, Presidente, de ser un Caballero Jedi.

Si me parecía grotesco prestar dinero a los Bancos regalarlo a los Ayuntamientos ya me resulta demencial. Es como poner a Hitler a vigilar una sinagoga. Dicen que es para crear empleo haciendo obras públicas, rehabilitando edificios y mejorando el transporte. Entonces ¿para qué servía el IBI?

En el caso de León imagino que se quedarán con los dineros, los gastarán en ese juguete llamado Palacio de Congresos (o Fernández Convention Center) y dirán que ellos ya han creado empleo, que tienen dos mil tíos en el Ayuntamiento y que si contratan más corren el riesgo de que se levante una revuelta popular. Y cuando termine la construcción del Palacio tendremos más parados que antes.

Yo debo ser muy torpe pero no lo entiendo. No comprendo cómo el Gobierno se dedica simplemente a repartir el dinero (que vendrá de la Deuda Pública o de los impuestos, y algo de la chistera de ZP) en lugar de tomar medidas de una cierta profundidad. Por ejemplo, me parece esencial rebajar la presión fiscal para incentivar el consumo interno, que ha sido uno de los motores de nuestra economía y vive sus horas más bajas. O reducir las cotizaciones sociales, un verdadero impuesto sobre el trabajo que supone un lastre para las contrataciones. Pero ZP sigue con sus ocurrencias. Igual es que no es Mago, sino escapista, como Houdini.

Última reflexión y les dejo tranquilos. Por lo visto hay 8.000 millones de euros para crear 200.000 empleos. ¿A cuánto nos sale cada puesto de trabajo?

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