28 de noviembre de 2008

Todos contra la crisis

Esta semana la Diputación Provincial de León convocaba a los agentes sociales para anunciar un “Pacto Provincial por el Empleo”, una iniciativa que, con la que está cayendo, merece sin duda una buena acogida. Es cierto también que el mundo rural, en el que la Diputación tiene que desempeñar un papel vertebrador, presenta unas problemática muy específica y padece no sólo la amenaza del desempleo sino también el fantasma de la despoblación. Pero me permito sugerir que existe un cierto desenfoque institucional, ya que –en teoría- las políticas de empleo deben ser diseñadas y ejecutadas por la Administración Central o por las Comunidades Autónomas. Que los Ayuntamientos y las Diputaciones se preocupen del empleo queda muy bien en la Prensa y no dudo de sus buenas intenciones e incluso las presumo. Pero como ciudadano tengo la percepción de que cada uno hace la guerra por su cuenta y hacen falta recetas contra la crisis.

Llevamos unos cuantos meses inmersos en esta crisis que empezó siendo una desaceleración y puede acabar siendo una hecatombe. Todos los días los datos nos ponen frente a la cruda realidad pero se echan en falta soluciones. Hasta ahora los únicos contentos son los Bancos, que han conseguido que el Estado, con el dinero de los contribuyentes, les presten dinero para –qué bonito queda- reforzar el sistema financiero. La situación es curiosa: todos dicen que son solventes pero agradecen ese bello gesto del Gobierno.

Pero sí escasean las propuestas también se echa un falta un poco de autocrítica. Porque está claro que nos hemos equivocado y nuestro modelo económico no era tan brillante. Al parecer la culpa de todo la tiene un negro desempleado que vivía en Alabama y al que un buen día concedieron un crédito que estaba claro que no podía pagar. Circula un video en Internet que lo explica de forma muy gráfica y cuya visión me permito recomendar (http://www.invertired.com/quimu/videos/25/34).

Lo primero que tenemos que cambiar es nuestra actitud y asumir que en los próximos años, vamos a vivir peor. Y hace falta un compromiso entre todos, lo que Roosvelt, en los negros años de la Gran Depresión, bautizó como el New Deal, que podría traducirse como “nuevo contrato”. Pero me da la sensación de que, en España, los políticos se preocupan más de llenar titulares que de buscar soluciones. Y que nos gastaremos una pasta en pagar a consultores para que nos expliquen lo que ya sabíamos, que estamos muy mal.
Aunque quizás la solución la tiene el Ayuntamiento de León, que ha organizado unos cursos de Pandereta, Gaita y Castañuelas, a 50 euros para los empadronados. Es decir, como en el Titanic, pero con instrumentos musicales autóctonos.



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