15 de junio de 2009

El agente doble

Al parecer el viaje del Alcalde de León a Estados Unidos, que despertó una cierta polémica en su inicio, puede lograr que 500 alumnos de la Universidad de Washington aterricen en León cada año para estudiar español. Me parece perfecto y –aparte del turismo- así conseguiremos rejuvenecer la ciudad que, de otra forma y cuando nos jubilemos la generación del baby-boom, podría ser lo más parecido a un cementerio de elefantes o a una macro-residencia de ancianos con Catedral incluida. Me puede aterrar un poco que la invasión de la juventud anglosajona acabe convirtiendo León en una versión posmoderna de “Desmadre a la americana” pero aplaudo la iniciativa, siempre que se convierta en realidad y, sobre todo, siempre que –en el futuro- a esos jovenzuelos no se les ocurra acercarse a mi hija para algo que no sea conversar en inglés.

La actualidad de la semana nos ha traído de nuevo a la primera línea a ese personaje omnipresente que es el Juez Garzón, ese moderno Guerrero del Antifaz que hace todos los méritos para convertirse en un habitual de mis columnas. Tengo algunas preguntas, como qué hace un Magistrado de la Audiencia Nacional instruyendo un caso que tiene un alcance que parece local o cómo alguien puede gastarse 2.000 euros por participar en una cacería en lugar de irse con los chavales a Eurodisney. Pero no obtengo respuestas.

Lo que me ha descolocado un poco es la respuesta del PP, que alude a una trama dirigida contra ellos y orquestada por Bermejo y Garzón que, entre jabalí y jabalí, se dedicarían a urdir conspiraciones. Lo lógico, o lo natural, es que el primer partido de la oposición hiciera una investigación interna para saber qué puede existir de cierto en las acusaciones que han salido a la luz pública. Es cierto que Garzón, con tal de aparecer en los periódicos, es capaz de ponerse a investigar el asesinato de Julio César. Pero no lo es menos que, al Partido Popular, debería interesarle saber si existe alguna manzana podrida en el partido de la gaviota.
El problema son los hechos, si son ciertos o no, no quién los investiga. Me temo que el PP se ha vuelto a equivocar de estrategia, y la única respuesta que encuentro es que Rajoy tiene entre sus asesores a un agente doble, que en realidad trabaja para la Moncloa.

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