15 de junio de 2009

MAFO

Estaba yo tentado de dedicar esta columna al gran acontecimiento de masas que es la fiesta de Villalar, donde las gentes de Castilla y León buscan su sentimiento regional celebrando una derrota. Pero a mi edad uno empieza a preocuparse de cuestiones más acuciantes. Así, estoy alarmado por el futuro de las pensiones, a raíz de las declaraciones del Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO para los iniciados). Es más, desde que el Ministro de Trabajo ha dicho que el sistema está garantizado mi inquietud va en aumento y ya tengo problemas para conciliar el sueño.

Comienzo declarando mi rendida admiración por el Gobernador, un tipo tan famoso que le conocen por sus siglas, como al BBVA o a la CIA. Con el tiempo, cuando me consolide como columnista de referencia, también quiero ser conocido por mis iniciales. Mi acrónimo podría ser JESG.

Y sigo preocupado porque me temo que MAFO tiene razón. Hasta ahora todo parecía ir bien y la Seguridad Social ingresaba cada año más de lo que gastaba. Así se ha ido generando un Fondo de Reserva que alcanza al 5 por ciento del PIB. Pero el deterioro económico (los últimos datos del paro, superando los cuatro millones, son dramáticos) provoca que el superávit pueda tener los días contados. Lógicamente quedará el Fondo (salvo que se contamine con algún activo tóxico) y no hay inconveniente teórico en pagar pensiones con impuestos, como se hace con la Sanidad.
El problema de fondo, apuntamos MAFO y JESG, es que el sistema no se sostiene a medio plazo por dos fenómenos: la caída de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida. Un dato es revelador: la tasa de dependencia (población mayor de 65 años sobre población en edad de trabajar) es ahora del 24 por ciento. En 2.050, si todo sigue así, llegará al 59 por ciento. Como la longevidad entendemos que es algo positivo habrá que actuar en el otro frente, favoreciendo la natalidad. Ya sé que son malos tiempos para traer niños al mundo, pero algo habrá que hacer. Porque hasta la fecha yo la única política de apoyo a la familia de la que tengo noticia es la que procede de mis suegros.
Aunque no sé si a este Gobierno le interesa la natalidad: entre Zapatero y sus 17 ministros suman, creo, 21 hijos. Yo que ellos estaría preocupado.

No hay comentarios: