15 de junio de 2009

Kosovo

Como la realidad local hoy se me queda pequeña llevaré mi aguda mirada allende nuestras fronteras, convertido en improvisado analista de política exterior. El anuncio de la ministra Chacón de que nuestras tropas se retiran de Kosovo ha creado una marejada que sinceramente considero excesiva. Todo el mundo estaba de acuerdo en abandonar Kosovo, una provincia de Serbia cuya independencia la mayoría de los países europeos no hemos reconocido, y el error ha sido querer dar un golpe publicitario (“misión cumplida, chicos, nos vamos a casa”) en lugar de comunicar previamente la decisión a nuestros aliados, como hubiera sido lo correcto.

La situación me ha hecho recordar “Black Hawk derribado”, la magnífica película dirigida por Ridley Scott y producida por Jerry Bruckheimer, artífice –entre otras- de la serie CSI. La película nos sitúa en Somalia en 1993 durante la misión de la ONU que tenía como objeto asegurar la distribución de la ayuda humanitaria. En la operación para capturar a uno de los señores de la guerra uno de los helicópteros de los Rangers es derribado y las calles de Mogadiscio se convierten en un infierno para los soldados americanos

La cinta nos puede servir para debatir en torno al fundamento moral y a los límites de la “ingerencia humanitaria”. ¿Por qué se mandan tropas a unos lugares del mundo y a otros no? ¿Por qué la comunidad internacional se implica en los Balcanes pero no en Dafur? ¿Sólo nos importa el petróleo y eso que llaman el equilibrio geoestratégico? Las preguntas son múltiples y las respuestas difíciles: ¿tenemos la decisión y los medios para solucionar todos los problemas? ¿Estamos dispuestos a sacrificar las vidas de nuestros soldados para evitar un genocidio en el Tercer Mundo?

Pero Ridley Scott, más allá de la riqueza visual de la película, quiere insistir en una cuestión moral, en el sentimiento de solidaridad entre compañeros, en la idea de que nadie quede atrás, resumida en la frase “los Rangers no abandonamos a nadie”. Pueden existir razones políticas de peso para la retirada de Kosovo, pero se extiende la percepción de que somos un aliado poco fiable, que sale corriendo con tal de conseguir un titular en horario de máxima audiencia.

En política, no todo es marketing, aunque a veces lo parezca.

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